Está claro que el ambiente laboral de una empresa influye de manera directa en su productividad y en los resultados que pueda llegar a obtener en el ejercicio de su actividad. La interrelación entre los compañeros de trabajo, la comunicación con los jefes, las propias condiciones laborales o el sentimiento de formar parte de un proyecto común son algunos aspectos que contribuyen a crear un clima laboral determinado.
Un entorno positivo beneficia a todos, trabajadores, empresa e incluso clientes o consumidores destinatarios de sus bienes o servicios. En cambio, en un clima negativo, en el que predominen la falta de colaboración y las pequeñas discusiones, lograr cumplir con los objetivos marcados puede resultar prácticamente imposible. ¿Cómo debe ser el ambiente laboral de una empresa?… por supuesto debe ser bueno, pero, ¿cómo se lograr ese buen clima?, ¿cómo se puede mejorar? En este artículo encontrarás todas las claves.
Factores que afectan al clima laboral
Son muchos y muy diversos los elementos que inciden, en mayor o menor medida, en el clima laboral de cualquier empresa, independientemente de su tamaño o sector de actividad.
Algunos factores están relacionados con las necesidades personales de cada trabajador, otros con las condiciones laborales (salario percibido, instalaciones. beneficios y ventajas) o con el organigrama empresarial… pero en general, como factores principales que afectan de forma positiva o negativa al ambiente laboral hay que destacar:
- Factores físicos. Desarrollar cualquier trabajo en un entorno que resulte lo suficientemente confortable es una premisa básica para que en la empresa se ‘respire’ buen ambiente. La distribución del espacio según número de trabajadores, la iluminación, la climatización o las herramientas tecnológicas imprescindibles para el desarrollo de cada tarea son elementos clave.
- Estructura organizativa. La manera en la que esté diseñado el organigrama de la empresa también puede ser factor decisivo en el ambiente laboral. Una estructura basada en departamentos, cada uno con sus funciones bien definidas y delimitadas, y en los que cada trabajador tenga claras sus competencias, obligaciones y responsabilidades, favorece las buenas relaciones y evita conflictos, sin que esta división en departamentos implique renunciar al indispensable trabajo en equipo. A veces, el mal ambiente se deriva de la falta de claridad sobre quién es el responsable de llevar a cabo una determina acción en la empresa.
- Comunicación y liderazgo. La comunicación fluida, tanto entre los distintos departamentos como entre los trabajadores y los mandos superiores es uno de los factores que más influyen a la hora de tener o no un buen clima laboral. Poder exponer cualquier dificultad o inquietud, tanto personal como profesional, a quien corresponda, siempre con actitud positiva y buscando soluciones, favorece el buen ambiente laboral. En este sentido, contar con mandos intermedios o jefes de equipos que sepan ejercer su función de liderazgo y de ‘puente’ entre los trabajadores y la dirección, resulta determinante.
- Política empresarial. Las directrices que marque el departamento de RRHH, siguiendo las pautas de la propia empresa, resultan determinantes para que un trabajador se sienta parte del proyecto empresarial en el que está participando y se implique al máximo o, por el contrario, sienta que es ‘uno más’ y que acude a su puesto exclusivamente por el salario que percibe. Beneficios y ventajas, como la posibilidad de teletrabajo u horario flexible; reconocimientos del trabajo bien hecho mediante pluses o incentivos; posibilidades de ascensos en la compañía, oferta formativa de la empresa… son estrategias empresariales que favorecen que el trabajo tenga lugar en un buen clima laboral.
El buen ambiente laboral de una empresa mejora los resultados de la propia actividad aumentando la productividad y contribuyendo a la retención del talento
Consecuencias de un ambiente laboral negativo
Cuando en el lugar de trabajo el ambiente no es todo lo bueno que debería, las consecuencias no tardan en resultar evidentes, siendo, además, fácilmente detectables a todo los niveles. A la larga, el mal clima hace mella tanto en los trabajadores como en los resultados de la actividad empresarial.
En un clima laboral negativo el estrés y la irritabilidad pueden afectar a gran parte de la plantilla, alterando las relaciones entre compañeros en las que siempre ha de primar el respeto y una mínima cordialidad. A nivel personal, el ambiente negativo se puede llegar a traducir en desmotivación y falta de interés por el propio trabajo. En los casos extremos, cuando ese ambiente llega a ser tóxico, sacar adelante cualquier proyecto que requiera el trabajo coordinado de distintos departamentos puede convertirse en una ‘misión imposible’.
Para la empresa, un ambiente laboral negativo se traduce en una disminución de la productividad y en un incremento generalizado del absentismo y de la rotación laboral ya que, un buen ambiente es un factor de retención de talento, mientras que uno negativo es causa habitual de su pérdida.
Importancia de un buen ambiente laboral
Un clima laboral saludable y positivo es un ‘activo’ más en cualquier empresa porque de él van a depender en gran medida tanto el desarrollo de su actividad con éxito como sus posibilidades de crecimiento.
Solo un buen ambiente laboral puede lograr que un trabajador se implique no únicamente en el cumplimiento de la tarea concreta que le ha sido encomendada, sino en el objetivo general de la propia empresa. Esa implicación resulta esencial a la hora de crear vínculos que vayan más allá de la realización de un trabajo a cambio de un salario. En este sentido, el buen clima laboral propicia la creación de una identidad corporativa de la que cada trabajador se pueda sentir parte importante y ante la que esté dispuesto a dar lo mejor de si mismo a la hora de alcanzar objetivos comunes.
Cómo mejorar el clima laboral
Como hemos indicado, un buen clima laboral es pieza clave en el funcionamiento óptimo de una empresa. Ese clima marca las relaciones entre compañeros y también señala las directrices que guían las comunicaciones entre trabajadores y equipos directivos.
Hemos pedido consejo a Viviendo del Cuento, empresa “especialista en emociones”, como ellos mismos se definen. Desde Viviendo del Cuento nos aconsejan que ante un entorno laboral enrarecido en el que poco a poco los aspectos negativos y la conflictividad parecen imponerse, éste puede corregirse emprendiendo algunas acciones muy concretas como:
Mejorar el bienestar. Mobiliario y equipamiento, comedor, periodos de descanso durante la jornada laboral, herramientas tecnológicas necesarias, conciliación vida laboral y familiar…. cuanto mejores sean las condiciones en las que se desarrolla el trabajo más probabilidades existen de que el ambiente laboral sea bueno
Revisar los canales de comunicación. Permitir una comunicación fluida entre empleados y directivos, que haga posible conocer las inquietudes, preocupaciones o ideas novedosas de los trabajadores respecto a la situación general o a un proyecto concreto de la empresa, es una de las mejores vías para alcanzar un clima laboral bueno. La comunicación ha de ser recíproca, es decir, informar a los trabajadores sobre los resultados obtenidos por la empresa, haciéndoles partícipes de los mismos, favorece la implicación mejorando el clima laboral al compartirse los éxitos y los fracasos.
Actividades más allá de lo laboral. Comidas o cenas de empresa especialmente en fechas señaladas (Navidades) y actividades de team building fuera del entorno del propio trabajo mejoran las relaciones interpersonales y favorecen el buen ambiente laboral.